... Desde el momento en que nos esforzamos en vivir sinceramente,
todo será para buen fin, hasta si debemos inevitablemente tener penas
sinceras y verdaderas desilusiones; cometeremos probablemente
también gruesas faltas y haremos malas acciones, pero es verdad que
es preferible tener el espíritu ardiente, aunque se deban cometer más
faltas, que ser mezquino y demasiado prudente. Es bueno amar tanto
como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho
ama realiza grandes cosas y se siente capaz, y lo que se hace con
amor está bien hecho (...)
Cartas a Theo
van Gogh